Quienes hemos elegido algún budo como parte fundamental de nuestras vidas sabemos realmente qué significa entrenar con el corazón y no solo por aprender a defendernos... pero qué proyectamos realmente a las terceras personas?
Con alarmante asombro veo como mucha gente piensa que el motivo de nuestra práctica tiene el fin último de salir a la calle y romperle la cara, un hueso y por qué no humillarlos sólo porque nos estamos defendiendo y ya saben no pudimos "evitar" la pelea. Nunca falta quienes preguntan por qué entrenamos si ya las diferencias se arreglan con armas de fuego o cosas así.
Este es un problema muy amplio y que hay que verlo desde varios puntos de vista. Así lo veo, pues se trata de un caldo de cultivo para la violencia y quienes entrenamos no podemos ser parte de esta triste realidad. Peleas que no se pueden evitar, artistas marciales que tienen que poner en práctica el entrenamiento de toda una vida y gente que se defiende con armas de fuego, o armas blancas... Todo un cóctel explosivo.
A menudo pienso que gran parte del problema radica en quienes practican artes marciales, pues me parece normal que alguien que no ha dedicado ni un minuto al Do, piense que lo único que se hace es tirar patadas y puños, pero que cada uno de nosotros NO sirva de multiplicador de la filosofía que practica es un gran error.
Cada practicante debe con su actitud estar al servicio de la difusión y la multiplicación del conocimiento, quienes nos entrenamos debemos preservar la paz a toda costa.
Cada practicante debe con su actitud estar al servicio de la difusión y la multiplicación del conocimiento, quienes nos entrenamos debemos preservar la paz a toda costa.
Gracias Jose por recordarnos para que entrenamos, me gustaría compartir esto
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saludos
Hace algún tiempo, Carina, publicamos esta información. A mi me parece maravilloso este tipo de enfoque; prepararse para la paz creo que es más exigente aún, que prepararse para la "batalla"
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