Hola a todos!
domingo, 29 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
The Steven Seagal Show: mi crítica
Hola a todos!
Hace algunos días que me dio por comentarles esta nueva serie animada cuyo actor principal es el ya conocido Steven Seagal. Luego de ver 3 capítulos tengo que decir de esta serie debo reconocer que la veo desde distintos ángulos. el primero de ellos es que me gusta mucho el material gráfico en pantalla; el estilo gráfico y la caracterización de los personajes, pero no así los guiones que me parecen flojos y que siento que no van a ningún lado. Hay algo que no me termina de hacer "sonreír" más allá de ver a Seagal obeso.
El otro punto importante es él como mercancía, que discrepa mucho de la imagen que desea proyectar, que si mis sentidos no fallan es como la de un tipo "iluminado", rico espiritualmente que busca la paz, pero siempre hay chicos malos que lo obligan a actuar...
Si yo fuese Seaal hubiese botado hace algún tiempo a su relacionista público, no sin antes haberle hecho un maki otoshi y a entrenador personal, pero ya saben no soy Seagal... lo máximo que aspiro es que siga alguna de los hashtag en twitter y nos nos lea!
The Steven Seagan Show es la muestra de cómo muchas de las pesonas ven al actor y que en principio me parece sirvió como referente del Aikido, pero conforme pasa el tiempo, este servidor lo siente más alejado de su filosofía y de su difusión.
jueves, 26 de abril de 2012
Seminario Osaka, perspectiva de un principiante
Hola a todos!
Hace algunas semanas entablé comunicación por Twitter con Jorge Ulloa(@georgeinadvance) Como practicante y amante del Aikido nos escribió un hermoso artículo que está lleno de esa magia de quien descubre.... Los invito a leer la experiencia de este colega chileno que el destino lo llevó al archipiélago nipón y desde ahí, nos relata su experiencia en el seminario con el soke Saito.
Espero les guste!
"Seminario Osaka, perspectiva de un principiante.
Normalmente, solemos asociar la lectura de un articulo al nivel de experiencia de quien escribe. Mientras más sea la experiencia, mejor es la calidad del artículo, pero este caso es un poco diferente. Independiente de la calidad del articulo, o de mi experiencia, mi deseo es compartir mi vivencia como practicante principiante de Aikido y mi encuentro con el seminario realizado en Osaka y dirigido por Saito Hitohiro Sensei.
Llevo un año viviendo en Japón, a principios de este año comencé a estudiar Aikido en el Busenkai Dojo de Tokyo, perteneciente al Iwama Shin Shin Aiki Shurenkai, cuyo Kaichou es Saito Hitohiro Sensei. Al seminario viajamos solo dos personas del Dojo, por lo que llevamos un presente en representación de este. Lo que no sabía era que le entregaríamos el presente directamente a Saito Sensei, lo cual fue una sorpresa para mi. Cuando ingresamos al despacho que habían adaptado para él, lo vi leyendo unos documentos. La expresión en su rostro era seria, y mientras hablaba con mi Sensei se podía sentir la fuerza en sus palabras. Debo reconocer que estaba nervioso, mucho más cuando mi Sensei me presentó ante el como su nuevo alumno. Para mi sorpresa, me miró y me dio la bienvenida, todo esto acompañado de una gran sonrisa y con un espíritu cálido y amable. Me habló sobre su grata experiencia en Chile y de lo mucho que había disfrutado de la comida y los paisajes de mi país.
Luego de esto comenzó el seminario, el ambiente ceremonioso me hacía recordar la visita a algún templo tradicional japonés. Entre los participantes se veían grandes maestros de mucha tradición y muy respetados.
El seminario inició con la llegada de Saito Sensei, al cual todos esperábamos con mucho respeto. Esta primera jornada se inició con la revisión de las posiciones básicas de Bukiwaza, al mismo tiempo en que explicaba la relación intrínseca que existe con el Taijutsu. A medida que el seminario avanzaba las técnicas iban subiendo de nivel y complejidad, hasta llegar a las últimas aplicaciones y técnicas que Saito Sensei ha desarrollado y que fueron expuestas por primera vez en el seminario.
"Seminario Osaka, perspectiva de un principiante.
Normalmente, solemos asociar la lectura de un articulo al nivel de experiencia de quien escribe. Mientras más sea la experiencia, mejor es la calidad del artículo, pero este caso es un poco diferente. Independiente de la calidad del articulo, o de mi experiencia, mi deseo es compartir mi vivencia como practicante principiante de Aikido y mi encuentro con el seminario realizado en Osaka y dirigido por Saito Hitohiro Sensei.
Llevo un año viviendo en Japón, a principios de este año comencé a estudiar Aikido en el Busenkai Dojo de Tokyo, perteneciente al Iwama Shin Shin Aiki Shurenkai, cuyo Kaichou es Saito Hitohiro Sensei. Al seminario viajamos solo dos personas del Dojo, por lo que llevamos un presente en representación de este. Lo que no sabía era que le entregaríamos el presente directamente a Saito Sensei, lo cual fue una sorpresa para mi. Cuando ingresamos al despacho que habían adaptado para él, lo vi leyendo unos documentos. La expresión en su rostro era seria, y mientras hablaba con mi Sensei se podía sentir la fuerza en sus palabras. Debo reconocer que estaba nervioso, mucho más cuando mi Sensei me presentó ante el como su nuevo alumno. Para mi sorpresa, me miró y me dio la bienvenida, todo esto acompañado de una gran sonrisa y con un espíritu cálido y amable. Me habló sobre su grata experiencia en Chile y de lo mucho que había disfrutado de la comida y los paisajes de mi país.
Luego de esto comenzó el seminario, el ambiente ceremonioso me hacía recordar la visita a algún templo tradicional japonés. Entre los participantes se veían grandes maestros de mucha tradición y muy respetados.
El seminario inició con la llegada de Saito Sensei, al cual todos esperábamos con mucho respeto. Esta primera jornada se inició con la revisión de las posiciones básicas de Bukiwaza, al mismo tiempo en que explicaba la relación intrínseca que existe con el Taijutsu. A medida que el seminario avanzaba las técnicas iban subiendo de nivel y complejidad, hasta llegar a las últimas aplicaciones y técnicas que Saito Sensei ha desarrollado y que fueron expuestas por primera vez en el seminario.
Terminada la primera jornada nos retiramos al hotel en donde nos hospedaríamos los participantes, para después compartir una cena. Al llegar al comedor nos esperaba una comida muy tradicional japonesa; después de conocer y compartir con otros participantes nos sentamos para esperar la llegada de Saito Sensei. A partir de este punto sentí que viajaba al Japón antiguo, cuando llegó el Sensei todos se inclinaron para saludar y se mantuvo absoluto respeto. Después de eso dio una charla sobre la importancia y las bases del Aikido y su desarrollo actual (más otros temas que no pude comprender por lo limitado de mi japonés)
Durante la cena todos mantenían su atención hacia la mesa en donde se encontraba Saito Sensei, quien estaba acompañado por los Sensei de más experiencia. De vez en cuando llamaba a algún participante para preguntar algo o hacer algún comentario. Cuando esto pasaba, se acercaban a el como en los tiempos de antaño, en donde era un honor dirigirle la palabra al Daimyo. Este tipo de situaciones pueden ser difíciles de entender para un occidental, pero el respeto que le entregaban al Sensei, era sincero, no impuesto por una autoridad, pero proveniente del corazón como un gesto de agradecimiento supremo a aquel Maestro que compartía sus enseñanzas.
Una vez finalizada la cena nos retiramos a nuestras habitaciones. Mi Sensei me dijo que estuviera atento a lo que pudiera pasar, y que siguiera las acciones de los alumnos con más experiencia.
Tenía razón al decirme eso, ya que durante la noche Saito Sensei nos llamó compartir con el algunos snacks y unos tragos. El ambiento era muy cálido y de respeto, Saito Sensei sonreía mucho mientras recordaba anécdotas de su niñez o contaba otras relacionadas con la historia del Aikido. Finalizada esta convivencia, nos retiramos a descansar para la siguiente mañana de entrenamiento.
El Keiko, o entrenamiento del día siguiente, se desarrolló con normalidad; durante casi dos horas y media, las técnicas enseñadas fueron tomando más y más complejidad hasta llegar a un punto en donde incluso los Sensei veían elementos nuevos o se instruía sobre alguna aplicación poco conocida. Finalizada la clase nadie abandonó el Dojo, todos quedaron esperando a que el Sensei Saito abandonara el lugar, luego de lo cual teníamos que ir caminando tras suyo hasta despedirlo.
Al terminar el seminario me quedé con la sensación de haber viajado en el tiempo y haber tenido el placer de conocer tradiciones y costumbres que no vemos normalmente en un seminario de carácter internacional. Una experiencia que de seguro recordaré en los años venideros.
Jorge L. Ulloa
@georgeinadvance"
Durante la cena todos mantenían su atención hacia la mesa en donde se encontraba Saito Sensei, quien estaba acompañado por los Sensei de más experiencia. De vez en cuando llamaba a algún participante para preguntar algo o hacer algún comentario. Cuando esto pasaba, se acercaban a el como en los tiempos de antaño, en donde era un honor dirigirle la palabra al Daimyo. Este tipo de situaciones pueden ser difíciles de entender para un occidental, pero el respeto que le entregaban al Sensei, era sincero, no impuesto por una autoridad, pero proveniente del corazón como un gesto de agradecimiento supremo a aquel Maestro que compartía sus enseñanzas.
Una vez finalizada la cena nos retiramos a nuestras habitaciones. Mi Sensei me dijo que estuviera atento a lo que pudiera pasar, y que siguiera las acciones de los alumnos con más experiencia.
Tenía razón al decirme eso, ya que durante la noche Saito Sensei nos llamó compartir con el algunos snacks y unos tragos. El ambiento era muy cálido y de respeto, Saito Sensei sonreía mucho mientras recordaba anécdotas de su niñez o contaba otras relacionadas con la historia del Aikido. Finalizada esta convivencia, nos retiramos a descansar para la siguiente mañana de entrenamiento.
El Keiko, o entrenamiento del día siguiente, se desarrolló con normalidad; durante casi dos horas y media, las técnicas enseñadas fueron tomando más y más complejidad hasta llegar a un punto en donde incluso los Sensei veían elementos nuevos o se instruía sobre alguna aplicación poco conocida. Finalizada la clase nadie abandonó el Dojo, todos quedaron esperando a que el Sensei Saito abandonara el lugar, luego de lo cual teníamos que ir caminando tras suyo hasta despedirlo.
Al terminar el seminario me quedé con la sensación de haber viajado en el tiempo y haber tenido el placer de conocer tradiciones y costumbres que no vemos normalmente en un seminario de carácter internacional. Una experiencia que de seguro recordaré en los años venideros.
Jorge L. Ulloa
@georgeinadvance"
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